Nada se tira del cerdo y ni siquiera uvas. Desde el viñedo hasta el vidrio, todo se recicla y todo se reutiliza. Es un momento de cuidado del medio ambiente, después de años de tranquilidad, pero también de revisión de ahorros y gastos. Y si la necesidad agudiza tu ingenio, esta crisis tiene al menos un lado bueno y se llama innovación. ¿Un ejemplo de innovación verde? Volvamos a las uvas y los viñedos ...
Para empezar un 2013 en nombre del verde, la bodega Torraccia del Piantavigna y el Destilerías Francoli, ambos en la provincia de Novara, han cortado la cinta de una minicentral que producirá energía quemando la madera de poda de los viñedos y parte del orujo, pero también cortando hierba y residuos vegetales del mantenimiento del verdor urbano, además de las clásicas astillas de madera de madera.
El funcionamiento de la planta, que también se ha puesto a disposición de otras bodegas y administraciones municipales de la zona (se prevé la retribución del material entregado), se basa en una horno diseñado para quemar residuos vegetales calentando el agua contenida en una caldera. El vapor generado activa un turbina que produce electricidad a través del movimiento. El agua caliente del proceso también será el agua de refrigeración caliente y esta también se recuperará para calentar invernaderos y piscifactorías.
¿Resultado? El proyecto prevé que cuando esté en pleno funcionamiento, la planta producirá 1 Mw / h de electricidad, mucho más de lo que necesita la empresa. Por tanto, parte de la energía se puede devolver al territorio. Además, las cenizas resultantes de la combustión del material vegetal irán a una empresa de fertilizantes que las convertirá en compost natural. Los humos generados por la planta de energía fluirán hacia los invernaderos para la producción de vegetales. fertilización carbónica, que consiste en la creación de una atmósfera rica en CO₂, lo que obliga a las plantas a realizar más fotosíntesis de clorofila.